Espero que esto no sea un hasta nunca, sino un hasta luego, y que algún día pueda volver ha ponerme el chandal y el polo con los colores blanco y azul de Marias. Eso sí, ese día será cuando se produzca una depuración general. Ahora mismo, yo necesito cambiar de aires, vivir nuevas experiencias en otros lugares, nuevos retos al fin y al cabo. tomar perspectiva de lo que he hecho, de lo que estoy haciendo y sobre todo de lo que voy a hacer en el futuro.
En todo este tiempo, he vivido momentos increíbles. Aquí os hago un pequeño resumen, prometo que hay muchísimo más de lo que aquí os pongo, porque son demasiados los recuerdos.
Como jugador, nunca olvidaré aquel primer partido en el patio castilla, con un equipo de tropecientos chavales dispuestos a dejarse la piel por ganar, a pesar de que no ibamos a jugar más de 10 minutos cada uno. El reparto de camisetas para jugar el partido lo recuerdo como si fuera ayer, y en él tuve la suerte de quedarme con una camiseta histórica.
Aquellas primeras Olimpiadas en Mini-basket que ganamos en Donosti, luego las de Valencia en 1998 siendo infantiles, que también ganamos a nuestro eterno rival y anfitrión, Valencia. Ese mismo año también ganamos la liga Alavesa, accediendo al campeonato de Euskadi Escolar en Orduña. Gran tongo aquel, ya que participaron con Guipuzcoa jugadores de clubes, algo no permitido. En esta foto se nos ve a aquella tropa con los conejitos que daban como trofeo por aquel entonces.

En cadete, tuvimos la pequeña decepción de perder en Zaragora contra Valencia, en una final que era una revancha. Ya en primero de bachiller, y jugando en segunda con una SELECCIÓN de amigos, y un profesor de entrenador por hacer un favor, conseguimos subir a junior primera, tras una de las mejores temporadas de mi vida. Fue entonces cuando me entró el gusanillo este de entrenar, haciendo alguna sustitución a otros entrenadores amigos. Por último, el segundo año de junior pudimos disfrutar de las Olimpiadas en casa, en Vitoria.


En ellas no conseguímos medalla, pero estuve metido tantas horas allí, que mi sentimiento marianista, ese que mucho estoy oyendo últimamente por el colegio, me invadió completamente. Aquello fue un no parar, entre jugar, entrenar, arbitrar, hacer de mesa, orhanizar, echar una mano etc... algún día se me olvidó hasta comer. Obviamente no me arrepiento, porque ahora lo recuerdo con muchísimo cariño.
Como entrenador, y tras 8 años ininterrumpidos en Marias, estoy más que satisfecho de lo conseguido. Desde las primeras olimpidas, las de Vitoria, con parte de mi equipo Premini-basket y los mayores, que ganamos y el torneo del Pilar en Zaragoza en el que también nos proclamamos ganadores, siempre he podido disfrutar de títulos o reconocimientos. El año de mini-basket fue quizás el más completo en cuanto a títulos. Entonces conseguimos la liga Alavesa y las Olimpiadas de Valladolid. Tres buenos años para empezar en esto de dirigir chavales. Felicidades por cierto a los que siguen por el colegio, que recientemente se acaban de graduar.

En 2005, y por dos años, dirigí a las jugadoras junior. Fue una prueba de fuego en lo personal, en cuanto al trato diario con chavalas de edad cercana a la mía, con problemas más "reales" que los que tenáin los pequeños. En esos dos años es cuando decidí que ésto era lo mío, que verdaderamente me gustaba ser entrenador. Como único título conquistado está las olimpiadas de Cádiz en 2006. Tras una semifinal de infarto, contra una jugadora jerezana de cerca de 1,90 de altura, en la última jugada del partido las chavalas se crecieron, y anotaron (los que estábamos allá sabemos cuáles fueron las palabras previas, en el tiempo muerto ¿verdad? ...) para ganar el partido. Personalmente, es uno de los logros más complicados que he conseguido.

Además, intenté aportar mi granito de arena a que las infantiles consiguieran la medalla de oro también. No es que hiciera nada especial, pero también es un muy buen recuerdo.


Los dos siguientes años quizás son el mayor reto personal que se me ha planteado, con un equipo escolar. El primer día que entrenamos pensé que aquellos iban a ser un par de años especiales, y no estaba equivocado, para bien y para mal. Durante aquel periodo no podría denominar lo que se hizo de otra manera que no sea espectáculo. Pocos días me tuve que levantar en los partidos para dar explicaciones, porque las jugadoras sabían perfectamente lo que tenían que hacer (unas más que otras, claro está). Es un poco raro, pero con el equipo que más calidad he llevado es con el que menos título he conseguido. En liga estuvimos "tapadas" por Coras, y en las Olimpidas de Donosti, un cúmulo de despropósitos nos privó de lograr el objetivo. Aquellas semifinal, con el final de la prórroga y uno abajo en el marcador, una sensación de rabia infinita se apoderó de mi. No porque yo me quedara sin una final (gracias a Dios he podido estar en unas cuantas) sino porque las jugadoras, después de un esfuerzo enorme, se quedaban sin algo que yo aún considero que era suyo. Como digo, aquellos cuatro días por Aldapeta ocurrieron todo tipo de infortunios a casi todas las jugadoras, enfermedades, lesiones, etc... Algo inexplicable desde el punto de vista racional y lógico. Al final, tercer puesto que supo a muy poco, y que es el gran borrón de mi carrera. Nunca podré olvidar aquellos momentos.


Y por fin llega este dichoso año. Ya empezó todo bastante cruzado desde que hoy, hace un año, pasó lo que pasó. Aunque a día de hoy algun@s piensen que fui yo el culpable de lo ocurrido y demás patrñas, todo ocurrió de forma "espontánea". Quiero decir espotánea porque nadie buscó que pasaran las cosas de aquel modo.
Con todos aquellos inconvenientes, con otros que surgieron luego en forma de lesión, y un año muy largo, a día de hoy puedo decir que jamás un equipo ha currado conmigo tan intensamente por lograr un objetivo. Esfuerzo y trabajo diario (con sus dosis obvias de relajación de vez en cuando) han llevado a hacerme plantear muchas cosas, pero para bien. Han sido capaces de hacer un equipo desde la nada. Y como el destino, en la realidad, no suele ser muy favorable con los más desfavorecidos, no hemos logrado ni pasar a la Final a Cuatro, ni ganar alguno de los dos partidos de cruces contra el Abaroa. Lo que pienso sobte este equipo ya lo manifesté en una entrada anterior, hace unos meses. Sigo opinando lo mismo, y de forma aún más convencida si puede. Son unas valientes por haber ido cada día al entrenamiento, por aguantar tantas líneas, medias líneas y ejercicios muy exigentes físicamente hablando, todo sin una mala cara, y siempre confiando en que todo eso era por ellas. Muy especial el recuerdo que tendré de vosotras, de verdad.

Y he empezado con dichoso equipo,no porque me caiga mal, sino porque ahora que termina la temporada, y que la calma debería de llegar, se avecinan tormentas sobre mi tejado. El año pasado tuve que tragar muchas cosas y este año aún más. Cada uno es libre de pensar lo que quiera (bendita libertad) pero después de todo lo que uno ha hecho por este colegio, que menos que la presunción de inocencia... Aún así, me voy con la conciencia tranquila, por todos estos años de dedicación plena y sincera.
Desde aquí agradeceros a tod@s los jugador@s que os he entrenado, algún año, mes o incluso días. A todos los entrenadores que me habéis dirigido también. Agradecer a los que verdaderamente confiaron en mí, y a las segundas entrnadoras que habéis aguantado tantas horas conmigo. Todos me habéis ayudado a que yo creciera cada día. GRACIAS POR TODO. Como ya dije en la entrada sobre Don Ignacio, volveré por el colegio al menos a saludarle, y a compartir unos minutos con quien le apetezca.
Aquí se despide un auténtico Marianista.
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